Uno de los sistemas GNU/Linux más eficientes, ligeros y seguros es openSuse. Su última versión estable es openSuse 12.3 , la cual fue lanzada el 13 de marzo de 2013. A mí me ha dado por instalarla y probar que tal es este sistema, y la verdad es que tiene muy muy buena pinta. Para saber todo sobre su instalación, paso a paso, sigue leyendo.
Antes que nada, debo aclarar una cosa, lo mismo que siempre digo. Si aún no has instalado nunca un sistema operativo, y menos aún GNU/Linux, sería conveniente leer toda la guía primero, y luego comenzar; ya que así evitamos sustos y futuros arreglos imposibles. Instalar openSuse es realmente sencillo, y la verdad es que me ha sorprendido. Hasta ahora pensaba que el sistema más sencillo de instalar era Ubuntu, pero la verdad es que openSuse no es complicado, ya que ofrece una interfaz gráfica y un menú bastante intuitivos. Aun así, en el tema de las particiones es donde pueden surgir los problemas, que sí que es un poco más complejo. Como siempre, antes de empezar, es imprescindible realizar una copia de seguridad todos nuestros datos si queremos conservarlos. Comenzamos.
Descarga openSuse
Lo primero es lo esencial: descargarlo. Podemos descargar desde la página oficial de descarga de openSuse y elegir la última versión estable, 12.3 (en 32 bits o en 64 bits). Tenemos varios métodos de descarga: un DVD con una instalación completa en la que elegiremos el sistema de escritorio, una instalación limpia de KDE, otra de GNOME, otra que se hará en red, descargando los paquetes necesarios... Para la versión de 32 bits, el archivo ISO tendrá en su nombre "i686"; y para la versión de 64 bits, "x86_64". Es muy importante que si tu PC gestiona los sistemas operativos con UEFI, o si traía instalado Windows 8, selecciones la versión de 64 bits.
En mi caso, voy a instalar openSuse KDE 12.3.
Grabar openSuse
Tendremos que grabar openSuse en un CD o en un pendrive USB. Si no quieres gastar CDs y aun no sabes como grabar distribuciones GNU/Linux en un pendrive USB, lee esta guía, o esta otra para ver una alternativa propia de openSuse: Suse Studio ImageWriter. En esta última, podéis ver además como instalar openSuse en un pendrive USB con la herramienta dd.
Instalación de openSuse
Para poder acceder a nuestro LiveCD o USB booteable, debemos configurar la BIOS para ello, y acceder al medio donde esté la instalación de openSuse. Ya que es distinto en casi toda placa, y raro es encontrar dos menús de BIOS exactamente idénticos, si no tienes mucha idea, siempre puedes buscar en Google información sobre la configuración de tu BIOS. Aún así, casi todas suelen tener un apartado "común", aunque no se llame igual en todas, donde elegir las Boot options o Boot order. Es ahí donde encontraremos enumerados los dispositivos (discos duros, lectores de CDs/DVDs, pendrives USB...), y podremos cambiar el orden.
Una vez cambiado el orden y ejecutado openSuse, nos encontraremos con que podemos elegir directamente la instalación de openSuse o probar antes el sistema mediante el sistema de LiveCD. Yo decidí probarlo antes, para poder sacar las capturas oportunas.
En la primera pantalla de instalación, podremos elegir nuestro idioma y aceptaremos la licencia.
Para el que aún no lo sepa, una partición es una división o "parte" del disco duro, y particionarlo es crear esas divisiones. De este modo, si modificamos una partición, las demás quedarán intactas, con sus datos intactos (si no las modificamos a la vez, claro).
Según nuestro tipo de placa base o madre, hay variaciones en cuanto a las particiones posibles.
- Placa gestionada por BIOS: Hay 4 particiones básicas posibles llamadas primarias, permitiendo crear particiones extendidas para dentro de ellas crear particiones lógicas.
- Placa gestionada por EFI: Hasta 128 particiones primarias son posibles, sin haber necesidad de particiones extendidas (además de que el propio sistema nos lanzará un error si las creamos) ni lógicas.
Además, todas estas particiones tendrán un formato o sistema de archivos. Los más comunes son:
-fat32 o vfat: Sistema de archivos tradicional de MS-DOS. Se utilizaba en las primeras versiones de Windows y todavía se puede ver en pendrives USB o tarjetas de memoria SD (o derivadas).
-ntfs: Sistema de archivos utilizado actualmente por Windows. Más estable que fat32, pero con mucha más fragmentación (deja los datos más "desperdigados" por la memoria).
-ext2: Tipo de sistema de archivos utilizado hasta no hace mucho por Linux. Se podría decir que casi carece de fragmentación, haciéndolo un sistema muy eficiente, pero bastante lento al manejar archivos muy pesados.
-ext3: Básicamente es ext2 mejorado, consiguiendo mayor velocidad de manejo de archivos. Además, consta de prevención frente a la perdida de datos. Es utilizado en algunos smartphones.
-ext4: El actual sistema de archivos utilizado por Linux, y el que utilizará openSuse por defecto.
-swap: En todos los sistemas Linux es necesaria una partición con este formato, necesaria para agilizar el manejo de datos entre el disco duro y el procesador, y no sobrecargar así la RAM del sistema.
Como advertí al comienzo, es importante que si tenemos un sistema operativo ya instalado y vamos a dejarlo, desfragmentemos su partición antes de particionar; sobre todo si es una partición de Windows. Además, es conveniente también hacer una copia de seguridad de todos los datos "por si acaso". Más vale prevenir que curar, y la pérdida de datos es algo muy complicado de curar.
El momento del particionado es cosa de cada uno, aunque yo suelo particionar el disco duro dejando lo que será el espacio dedicado para openSuse en una sola partición, y luego particionarla durante la instalación; aunque también puedes particionar todo antes con GParted (u otra herramienta de particiones), dejando configurados formatos y demás, y ya luego solo tendrás que asignar a cada partición un punto de montaje del sistema. Puedes ver este post para saber como particionar el disco duro desde el propio LiveCD con Gparted.
Vamos con el particionado desde la instalación. Nos preguntará que disco particionar... si elegimos la opción "para expertos", aparecerán todos los discos duros que tengamos, y ya podremos particionar uno a uno. Yo voy a elegir esta opción.
Primero, creamos una nueva partición que será la raíz (/). Nos preguntará si será primaria o extendida. Como en este sistema (el cuál está sobre una máquina virtual), no tengo otros SOs, ni más particiones, y necesito crear 3, puedo poner todas las particiones como primarias. En caso de que tengas más sistemas operativos, deberás crear particiones extendidas (lógicas).
Yo he optado por darle un tamaño de aproximadamente 10 GB (10000 MB), que para un uso normal es más que suficiente; en formato ext4.
Continuemos creando la partición /home. A esta le asignaré el espacio restante en disco, menos 2GB que dejaré para el sistema de intercambio swap; para tener más que de sobra para guardar archivos personales y demás...
Siguiente partición: swap, al final del disco. Aquí hay diversidad de opiniones:
Lo más usual es darle como tamaño el doble de RAM que tenga nuestra máquina. Luego si tenemos 1 GB, damos 2 GB para swap. También hay quien dice que a partir del giga de RAM (1 GB), se dará la mitad de swap; por lo que con 2 GB de RAM, pondremos 1 GB de SWAP, siendo suficiente con 2 GB de swap para el sistema a partir de los 4 GB de RAM. Otra opinión más es la que dice que con sistemas de 64 bits, debe asignarse 2GB de swap, porque por lo general, se tendrá más de 4GB de RAM. Yo siempre asigno 2 GB de swap, puesto que dispongo (al menos en mi ordenador personal) de disco duro suficiente como para hacerlo, y 2 GB no los voy a notar... y con eso, menos sobrecarga para la RAM. Aún así, existe otra opinión más que dice que asignar más de 2GB para swap es desperdiciar espacio en disco, pues la swap es memoria virtual, y siempre va a ser más rápida la RAM que esta memoria virtual.
Además, lo normal es asignar la swap al comienzo del disco, pues estos sectores son de un acceso más rápido (más pegados al interior)... pero claro, en mi opinión, y respaldándome sobre una de las opiniones anteriores, la RAM es mucho más rápida que la swap, aunque esta esté al principio del disco; y si se tiene bastante memoria RAM (hablo aquí de 3 o 4 GB), poquísimas veces se utilizará la partición swap... por tanto, me parece de mayor prioridad que el sistema de archivos principal, la raíz /, debe ir al comienzo del disco, y así su acceso sea más rápido.
Luego, como ya he explicado, el motivo de poner la partición swap al final del disco es que, al ser memoria virtual, será más lenta que la RAM. Las particiones más al final del disco, están más hacia afuera en los sectores del disco duro (tanto para discos duros HDD, como para SSD), y por tanto, su acceso es más lento (mayor diámetro). Por tanto, es conveniente tener las particiones del sistema (la raíz /) y de usuario (/home) lo más cerca del principio del disco duro posible, y así, dejar el swap al final del disco. Como digo, al menos en mi humilde opinión.
Según nuestro tipo de placa base o madre, hay variaciones en cuanto a las particiones posibles.
- Placa gestionada por BIOS: Hay 4 particiones básicas posibles llamadas primarias, permitiendo crear particiones extendidas para dentro de ellas crear particiones lógicas.
- Placa gestionada por EFI: Hasta 128 particiones primarias son posibles, sin haber necesidad de particiones extendidas (además de que el propio sistema nos lanzará un error si las creamos) ni lógicas.
Además, todas estas particiones tendrán un formato o sistema de archivos. Los más comunes son:
-fat32 o vfat: Sistema de archivos tradicional de MS-DOS. Se utilizaba en las primeras versiones de Windows y todavía se puede ver en pendrives USB o tarjetas de memoria SD (o derivadas).
-ntfs: Sistema de archivos utilizado actualmente por Windows. Más estable que fat32, pero con mucha más fragmentación (deja los datos más "desperdigados" por la memoria).
-ext2: Tipo de sistema de archivos utilizado hasta no hace mucho por Linux. Se podría decir que casi carece de fragmentación, haciéndolo un sistema muy eficiente, pero bastante lento al manejar archivos muy pesados.
-ext3: Básicamente es ext2 mejorado, consiguiendo mayor velocidad de manejo de archivos. Además, consta de prevención frente a la perdida de datos. Es utilizado en algunos smartphones.
-ext4: El actual sistema de archivos utilizado por Linux, y el que utilizará openSuse por defecto.
-swap: En todos los sistemas Linux es necesaria una partición con este formato, necesaria para agilizar el manejo de datos entre el disco duro y el procesador, y no sobrecargar así la RAM del sistema.
Como advertí al comienzo, es importante que si tenemos un sistema operativo ya instalado y vamos a dejarlo, desfragmentemos su partición antes de particionar; sobre todo si es una partición de Windows. Además, es conveniente también hacer una copia de seguridad de todos los datos "por si acaso". Más vale prevenir que curar, y la pérdida de datos es algo muy complicado de curar.
El momento del particionado es cosa de cada uno, aunque yo suelo particionar el disco duro dejando lo que será el espacio dedicado para openSuse en una sola partición, y luego particionarla durante la instalación; aunque también puedes particionar todo antes con GParted (u otra herramienta de particiones), dejando configurados formatos y demás, y ya luego solo tendrás que asignar a cada partición un punto de montaje del sistema. Puedes ver este post para saber como particionar el disco duro desde el propio LiveCD con Gparted.
Vamos con el particionado desde la instalación. Nos preguntará que disco particionar... si elegimos la opción "para expertos", aparecerán todos los discos duros que tengamos, y ya podremos particionar uno a uno. Yo voy a elegir esta opción.
Primero, creamos una nueva partición que será la raíz (/). Nos preguntará si será primaria o extendida. Como en este sistema (el cuál está sobre una máquina virtual), no tengo otros SOs, ni más particiones, y necesito crear 3, puedo poner todas las particiones como primarias. En caso de que tengas más sistemas operativos, deberás crear particiones extendidas (lógicas).
Yo he optado por darle un tamaño de aproximadamente 10 GB (10000 MB), que para un uso normal es más que suficiente; en formato ext4.
Siguiente partición: swap, al final del disco. Aquí hay diversidad de opiniones:
Lo más usual es darle como tamaño el doble de RAM que tenga nuestra máquina. Luego si tenemos 1 GB, damos 2 GB para swap. También hay quien dice que a partir del giga de RAM (1 GB), se dará la mitad de swap; por lo que con 2 GB de RAM, pondremos 1 GB de SWAP, siendo suficiente con 2 GB de swap para el sistema a partir de los 4 GB de RAM. Otra opinión más es la que dice que con sistemas de 64 bits, debe asignarse 2GB de swap, porque por lo general, se tendrá más de 4GB de RAM. Yo siempre asigno 2 GB de swap, puesto que dispongo (al menos en mi ordenador personal) de disco duro suficiente como para hacerlo, y 2 GB no los voy a notar... y con eso, menos sobrecarga para la RAM. Aún así, existe otra opinión más que dice que asignar más de 2GB para swap es desperdiciar espacio en disco, pues la swap es memoria virtual, y siempre va a ser más rápida la RAM que esta memoria virtual.
Además, lo normal es asignar la swap al comienzo del disco, pues estos sectores son de un acceso más rápido (más pegados al interior)... pero claro, en mi opinión, y respaldándome sobre una de las opiniones anteriores, la RAM es mucho más rápida que la swap, aunque esta esté al principio del disco; y si se tiene bastante memoria RAM (hablo aquí de 3 o 4 GB), poquísimas veces se utilizará la partición swap... por tanto, me parece de mayor prioridad que el sistema de archivos principal, la raíz /, debe ir al comienzo del disco, y así su acceso sea más rápido.
Luego, como ya he explicado, el motivo de poner la partición swap al final del disco es que, al ser memoria virtual, será más lenta que la RAM. Las particiones más al final del disco, están más hacia afuera en los sectores del disco duro (tanto para discos duros HDD, como para SSD), y por tanto, su acceso es más lento (mayor diámetro). Por tanto, es conveniente tener las particiones del sistema (la raíz /) y de usuario (/home) lo más cerca del principio del disco duro posible, y así, dejar el swap al final del disco. Como digo, al menos en mi humilde opinión.
Como ya advertí, es más sencillo realizar el particionado previamente con GParted. Pulsando Aceptar, podemos ver como quedará nuestro disco duro una vez se hagan las particiones, y nos dará la opción de modificar las particiones si se nos ha olvidado algo:
Al pulsar "Siguiente", procederemos a configurar nuestro usuario y contraseña (la cuál será la contraseña de administrador o root).
Por último, nos ofrecerá un resumen de la instalación, antes de realizarla. Podemos ver aquí todo lo que hemos configurado hasta ahora.
Por último, nos ofrecerá un resumen de la instalación, antes de realizarla. Podemos ver aquí todo lo que hemos configurado hasta ahora.
Pulsando Instalar, nos avisará si la configuración está completa o no, y procederá a instalar el sistema por completo.
Una vez haya terminado la instalación, reiniciamos el sistema, extraemos el CD/USB e iniciamos openSuse 12.3... ¡a disfrutar!
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